El triunfo de Mauricio Macri en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas, el 22 de noviembre de 2015, marca un profundo giro en la política del país. Al quiebre del bipartidismo y la derrota del peronismo, se suma un proyecto con tonalidades refundacionales, sustentado en una visión de modernización gerencial de la política y el Estado. En la selección de los cuadros que dirigirán las instituciones estatales se cifra entonces buena parte de este proyecto reformador, que tiene a gerentes de grandes firmas como mascarón de proa del nuevo «país normal», republicano y emprendedor.